lunes, 27 de junio de 2011

Jardín de Cemento - Ian McEwan

JARDÍN DE CEMENTO: ¿NO HA SIDO UN SUEÑO PRECIOSO?
¿Por qué leer y reparar en “Jardín de Cemento”, novela del escritor inglés Ian McEwan?.  Más allá del atractivo propio de una buena redacción, la  obra nos presenta un panorama interesantísimo en donde las convenciones culturales son puestas en jaque – y la idea sobre ¿qué pasaría si un individuo  actúa en contra de la corriente (la norma dictada por la sociedad)?- configurando un nuevo panorama y por tanto una interesante hipótesis (y sobre todo la respuesta)  al respecto. La historia se centra en la vida de  cuatro hermanos (dos mujeres y dos hombres) que por diferentes vicisitudes – la muerte repentina en distintas circunstancias de los padres- deben renunciar a  sus roles naturales de pueril inmadurez y crecimiento juvenil e infantil  respectivamente, por una figura autoritaria (o administradora del poder, regulatoria e incuestionable). Jack, uno de los hermanos, será el encargado de relatarnos los acontecimientos desde su peculiar prisma en donde se apreciarán distintas situaciones que para una visión apegada a los cánones occidentales más tradicionales – o conservadores si se quiere llamar así- resultará hasta escandalosa: relaciones incestuosas. Ahora bien, nuestra hipótesis se instalará justamente en esta problemática planteando la idea que las  concepciones que priman respecto a las relaciones sexuales entre individuos de la misma familia están prohibidas por cuestiones netamente culturales y no por la naturaleza misma de la interacción. A su vez contrastaremos aquello con  una dinámica jerárquica- administrativa que se da por naturaleza y se materializa en el núcleo familiar que narra McEwan  concluyendo que las relaciones de poder, a diferencia de las sexuales, si pueden efectuarse de forma perfectamente natural y poco artificiosa.